Cerro Pochoco - Un Jardín Botánico

Un Jardín Botánico Virtual


En esta sección se pretende describir una simple ascensión al cerro Pochoco, desde una punta de vista botánico, de manera que este documento sirva como guía para iniciarse en la identificación de plantas nativas.

Se ha elegido el cerro Pochoco, ya que es un paseo tópico ampliamente visitado y que se presta para la observación de flora.

Comenzamos el paseo

Ya en el camino hacia el inicio de la marcha, nos comienza a llamar la atención la hermosa flora del lugar, a la orilla del camino observamos unas hermosas y abundantes flores de un intenso color naranja, no por nada llamadas Dedales de Oro (Eschscholzia californica). Esta planta esta ampliamente distribuida en nuestro país, sin embargo esta tiene como lugar de origen California, siendo introducida en Chile a fines del siglo XIX.

Es posible si uno se lo propone encontrar algunos especímenes de la variedad blanca de esta flor.

Ya comenzando nuestra marcha, junto al Observatorio Cerro Pochoco, al traspasar la zona de automóviles, nos topamos con los árboles con que nos metían susto cuando niños, un Litre (Lithraea caustica), Arbol que por el contacto con la piel produce alergias en algunas personas.

Su madera (hacer click para saber más) sumamente dura se utiliza para fabricar ruedas y otros artefactos.

Tras llegar al sendero propiamente tal, nos topamos con Espinillos (Adesmia arborea), Espinos (Acacia caven), y una planta Sin espinas y particularmente interesante, pues es muy común en el matorral Chileno, es un Coliguay (Colliguaja odorifera). Tras observarlo con un poco más de detención vemos sus frutos, a veces abiertos y otras cerrados, nos percatamos que están compuestas de tres partes, son como estrellitas de tres puntas. Estas semillas son particularmente interesantes y nos hablan de lo maravillosa que es la naturaleza. El mecanismo consiste en que al madurar el fruto se va secando y acumulando tensión, hasta que llega un momento en que la semilla se abre violentamente asemejando un disparo, con lo que logra lanzar las semillas a considerable distancia, dando así a su descendencia espacio de sobra para crecer desarrollarse y propagar la especie.

Mientras estamos ascendiendo, el cansancio nos motiva a veces a detenernos y apreciar la belleza del paisaje. En una de estas detenciones observamos un hermoso cactus florido. Es un Quisco (Echinopsis chilensis), el único cactus arbóreo de la zona central interior, el que produce entre Octubre y Noviembre esta hermosa flor que luego da paso a un fruto llamado Guillave, el que es comestible, de forma que esta flor nos esta invitando a regresar en unas cuantas semanas para disfrutar del suculento fruto de este espinudo habitante del cerro.

Con solo voltear la cabeza, nos topamos con otro Quisco, pero con una segunda mirada nos percatamos que este no tiene una gran flor blanca, si no que numerosas florcitas rojas, ¿Como es esto, acaso este cactus da dos tipos de flores?. La respuesta es ¡No!, las flores rojas pertenecen a una planta parásita específica de este cactus, la que solo sale al exterior para exponer su hermosa flor y fruto, el que al ser comido por pájaros que se posan sobre este cactus, puede ser transportado a otro, luego de soportar un ácido viaje por el estomago de las aves. Esta planta parásita se llama Fosforito (Tristerix aphyllus) debido a la forma y color de su vistosa flor.

Mientras caminamos cabizbajos por el cansancio, el sonido del rápido aleteo de un Picaflor despierta nuevamente nuestra curiosidad, levantamos la cabeza y seguimos el vuelo de esta pequeña ave, el que guía nuestra vista hacia algo que parece un árbol cubierto solo por hermosas flores, luego de pestañear dos veces vemos que este "árbol" es en realidad una enorme inflorescencia de una planta en roseta con hojas espinadas de color grisáceo. Es un Chagual (Puya berteroniana). Esta planta es una excelente fuente de alimento para variadas especies:

El ser humano, puede comer las hojas tiernas del Chagual como ensaladas o bien cocidas.

Los Picaflores, se pueden alimentar del abundante néctar que producen sus flores, si un día vemos una de estas plantas temprano en la mañana, podremos ver que al agitar su tallo saltan en todas direcciones abundantes gotas de dulce néctar.

Las larvas de la Mariposa del Chagual (Castnia pisttachus) se alimentan exclusivamente de esta planta, y cuando ya están satisfechas arman en ellas su capullo. Este capullo es muy fácil de observar, pues la actividad de la larva mata la planta, lo que hace que las hojas se sequen y decaigan, dejando bien visible una protuberancia con forma de dedo de 20 a 30 cm hecha de algo parecido al aserrín. En el interior de este capullo esta la pupa de la mariposa, la que luego de un tiempo eclosionara, saliendo de allí una hermosa y alada mariposa.

Ya sumergidos en el matorral de la parte intermedia del cerro, nos topamos con unos arbolitos que no habíamos visto antes, también tienen un fruto como estrellita, pero de 5 puntas, y la hoja claramente no es de un Coliguay. Este arbolito es un Bollen (Kageneckia oblonga), el que posee una hoja muy dura y de borde aserrado. Mas arriba pasada la cumbre, hay un primo hermano de este árbol, el Frangel u Olivillo (Kageneckia angustifolia), árbol que en toda la zona central nos servirá como "altímetro" pues suele aparecer un poco mas abajo de los 2000 m.s.n.m. Otras plantas que sirven para este propósito son la Guindilla (Guindilia trinervis) y el Muchi (Schinus montanus)entre otros.

Ya falta poco, el cansancio se disimula con el estimulo de la ya cercana cumbre, pero aun no dejamos de observar el verdor que nos rodea. Nos detenemos en un fruto ya seco, una estrella de cinco puntas, Pero nos llama la atención que la hoja del árbol que lo muestra es muy distinta a la del Bollen, es de hecho una especie bastante común en la zona central. Un Quillay (Quillaja saponaria), este hermoso árbol tiene hojas menores que las del Bollen (de 2 a 5 cm), de color verde claro con un borde irregular pero suave. Este árbol fue muy utilizado (inclusive en menor medida hasta el día de hoy) debido a que su corteza contiene una gran cantidad de Saponina (de allí viene el nombre científico de la especie), la que sirve como jabón, detergente o bien shampoo. Esta sustancia es también utilizada para la fabricación de dentríficos, insecticidas, sustancias extinguidores de incendios y limpiadores de objetos metálicos. Ya pasada la cumbre nos daremos cuenta de que un poco más abajo hacia el sudeste hay grandes y hermosos Quillayes, que invitan al descanso bajo el cobijo de su sombra.

Ya en la cumbre nos deleitamos con una hermosa vista de Santiago y la imponente cordillera de los Andes, nos llama la atención eso sí lo desprovista de árboles que está esta parte del cerro pues solo se observa un poco más abajo y al este, un retorcido Guayacán, que vimos repetidas veces durante la ascensión, aunque nunca de semejante talla. Debido a la sutil sombra de este árbol, decidimos continuar y bajar hacia los quillayes antes mencionados, donde nos pillamos con la sorpresa, de ver un Quillay con unas hermosas flores rojas, las que al acercarnos a observarlas nos llaman la atención por dos motivos. Primero porque la hoja de las ramillas que contienen la flor es distinta a la del Quillay, y segundo por que la flor, tiene un curioso parecido de algo que ya habíamos visto. ¡El Fosforito!. Efectivamente esta planta es un primo hermano del Fosforito, se llama Quintral (Tristerix tetrandrus) , y también es una planta parásita, aunque debido a que posee hojas verdes, también colabora en la producción de su propio alimento, por lo que se llama un Hemiparasito.

Otras especies que podrías ver en este cerro y que son tratadas en esta página son:

Bueno, ha sido un gusto subir este cerro con ustedes, y aunque esta subida virtual ha sido bastante menos cansadora que una real, es sin duda esta última la que les traerá muchisimas más satisfacciones, en particular si ahora, miran todo ese verdor con un poquito mas de conocimiento, el que desarrolla un sano cariño hacia las plantas, pues todo lo hermoso que se conoce se quiere.

Esperando que hayan aprendido un poquito más acerca de nuestra flora, me despido dejándolos libres para que se vayan a subir el Pochoco, o cualquier otro cerro bajo de la zona central.


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