Sales de
rehidratación
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El agua es sin duda el "vital elemento", por ello debemos preocuparnos siempre de disponer de ella, especialmente en deportes de gran exigencia física, la que combinada con un medio extremadamente seco genera una rápida perdida de agua corporal o deshidratación. Por desgracia no es el agua pura el vital elemento, pues para que el agua sea útil a nuestro organismo debe contener cierta concentración de sales minerales, pues estas son vitales para el equilibrio hídrico del organismo (usualmente se habla de equilibrio hidrosalino, pues están muy ligados). Este equilibrio consiste en que el medio que rodea a las células de nuestro organismo, sea isotónico (igual concentración de sales) con el medio intracelular. Para esto es nescesario consumir además de agua, las sales que permitiran incorporarla a nuestro cuerpo sin dañar este básico equilibrio interno. Para el montañista chileno el agua de por sí no debería ser un problema, pues en las zonas de montañas bajas (ej: sur de Chile) son abundantes los cursos de agua, mientras que en las de montañas altas abunda la nieve o el hielo. El problema radica en que los esteros altoandinos, la nieve y el hielo, están compuestos básicamente de agua pura, la que no contienen sales, por lo que resulta necesario en particular cuando precisamos de una buena hidratación, incorporar sales al agua que bebemos. Para esto existen las llamadas Sales de Hidratación o de Rehidratación, que contienen las diversas sales minerales necesarias para una correcta incorporación del agua al organismo manteniendo el equilibrio salino interno. Estas sales pueden ser adquiridas en farmacias (Ej: Rehsal90), con la desventaja de su elevado costo y su diseño ideado para hidratar personas enfermas y sometidas a un esfuerza físico mínimo. Por esto aquí te mostramos como preparar tus propias sales (en principio casi idénticas a las del mercado), de forma de disponer de ellas a un costo más bajo y poder alterar un poco las proporciones de forma de adaptarlas a las necesidades del montañero.
Recalcamos la cantidad de 50 litros, debido a que estos compuestos usualmente se venden por kilogramo, de forma que si compramos un kilogramo de cada cosa (que sería el mínimo) podríamos preparar sales para 50 litros, y nos sobraría mucho de todo excepto glucosa.
Las sales individuales se pueden adquirir en cualquier droguería sin ningún permiso especial.
Para hidratarse en condiciones normales, se suele mezclar con un litro de agua, la mitad o un cuarto de las raciones indicadas en la preparación, restricción que básicamente se debe al pésimo sabor de estas sales. Por esto se recomienda que para actividades de montaña se altere la fórmula por ejemplo, disminuyendo a un tercio todas las sales, aumentando la cantidad de glucosa y combinando con algún jugo en polvo (se recomiendan jugos baratos, pues aunque uno le ponga el mejor jugo nunca va a tener buen sabor). En particular el jugo de naranja, por ser más ácido reacciona con el bicarbonato de sodio generando una bebida pseudo-gasificada que es bastante agradable.
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